Nuestros verdaderos hermanos en la fe
Siguiendo con mis artículos sobre el judaísmo, me gustaría ratificar cómo los hijos del pueblo de Israel son, verdaderamente, nuestros hermanos en la fe, con los que los católicos tenemos más en común que con los fieles de cualquier otra religión no-cristiana. Por ejemplo, los 13 preceptos básicos del judaísmo, su ‘credo’, leídos a profundidad, no contradicen en absoluto, más bien afirman, las creencias de la Iglesia.
En su comentario al décimo capítulo de la Mishná, en el tratado del Sanedrín, el ilustre rabí Moshé ben Maimón (1135-1204), el equivalente de San Agustín y Santo Tomás de Aquino del judaísmo, enumera los siguientes artículos de fe, conocidos como Ani ma’amin, ‘yo creo’:
‘Creo con toda mi fe que el Creador, Bendito sea su Nombre…
1. Crea y guía a todas las criaturas, y que Él solo ha hecho, hace y hará todo la que hay en el universo.
2. Es único, y que nada es único como Él en ningún sentido, y que sólo Él es, fue y será mi Dios.
3. No es un cuerpo y no está sujeto al mundo físico, y que no existe criatura alguna que se le parezca.
4. Es el primero y será el último.
5. Es el único a quien es apropiado rezar, y que no hay otro al que sea apropiado rezar.
6. Que todas las palabras de los profetas son verdad.
7. Que la profecía de Moisés, nuestro Maestro, que en paz descanse su alma, era verdadera, y que él era el más grande de los profetas, tanto aquellos que le precedieron como los que le siguieron.
8. Que la Torá que tenemos en las manos es la que fue entregada a Moisés, nuestro Maestro, que en paz descanse.
9. Que esta Torá no será cambiada, ni habrá otra Torá entregada por el Creador, Bendito sea su Nombre.
10. Que el Creador, Bendito sea su Nombre, conoce todos los hechos de los hombres y todos sus pensamientos, como está escrito: “Él forma sus corazones juntos; Él comprende todos sus actos” (Salmo XXXV, 15).
11. Que el Creador, Bendito sea su Nombre, obra a favor de quienes observan sus mandamientos y castiga a quienes transgreden sus mandamientos.
12. En el advenimiento del Mesías, y aunque tardara, yo no dejo de esperar su venida cada día con su venida.
13. Que habrá una resurrección de los muertos el día en que se haga la Voluntad del Creador, Bendito sea y ensalzado su Nombre por toda la eternidad’.
En su comentario al décimo capítulo de la Mishná, en el tratado del Sanedrín, el ilustre rabí Moshé ben Maimón (1135-1204), el equivalente de San Agustín y Santo Tomás de Aquino del judaísmo, enumera los siguientes artículos de fe, conocidos como Ani ma’amin, ‘yo creo’:
‘Creo con toda mi fe que el Creador, Bendito sea su Nombre…
1. Crea y guía a todas las criaturas, y que Él solo ha hecho, hace y hará todo la que hay en el universo.
2. Es único, y que nada es único como Él en ningún sentido, y que sólo Él es, fue y será mi Dios.
3. No es un cuerpo y no está sujeto al mundo físico, y que no existe criatura alguna que se le parezca.
4. Es el primero y será el último.
5. Es el único a quien es apropiado rezar, y que no hay otro al que sea apropiado rezar.
6. Que todas las palabras de los profetas son verdad.
7. Que la profecía de Moisés, nuestro Maestro, que en paz descanse su alma, era verdadera, y que él era el más grande de los profetas, tanto aquellos que le precedieron como los que le siguieron.
8. Que la Torá que tenemos en las manos es la que fue entregada a Moisés, nuestro Maestro, que en paz descanse.
9. Que esta Torá no será cambiada, ni habrá otra Torá entregada por el Creador, Bendito sea su Nombre.
10. Que el Creador, Bendito sea su Nombre, conoce todos los hechos de los hombres y todos sus pensamientos, como está escrito: “Él forma sus corazones juntos; Él comprende todos sus actos” (Salmo XXXV, 15).
11. Que el Creador, Bendito sea su Nombre, obra a favor de quienes observan sus mandamientos y castiga a quienes transgreden sus mandamientos.
12. En el advenimiento del Mesías, y aunque tardara, yo no dejo de esperar su venida cada día con su venida.
13. Que habrá una resurrección de los muertos el día en que se haga la Voluntad del Creador, Bendito sea y ensalzado su Nombre por toda la eternidad’.
G. G. Jolly
4 comentarios:
Con esa confesión de fe, ¿cómo no van a ser nuestros hermanos mayores en la fe? Bendiciones.
Hasta tal punto es esto cierto, que Sabatai Sevvi, el único pseudomesías que en su día aceptaron todos los judíos, desde cualquier confín de la diáspora, del Yemen a Londres, no fue ni mucho menos un mesías bélico y triunfador, con armadura dorada y un gran córcel, sino que siguió más bien, un modelo similar al de Jesucristo, con un bautista que le ungió y una llegada final y triunfal a la capital del imperio (en ese momento, Estambul). En fin, que supongo que conocerás el caso, pero si no, Gerschom Scholem, el erudito moderno que nos intentó abrir los secretos de la Cábala mediante la hermenéutica literaria, lo explica muy bien en un gran libro sobre el tema que edita la universida de Princeton
Hola chic@s. Tiempo sin escribir por aqui.
Yo creo que si podemos estar de acuerdo con eso, si leemos en profundidad. Por ejemplo, somos los catolicos los que entramos en sutilezas entre rezarle a Dios y rezarle a los santos. Tiene que ver con la tan-dificil-de-comprender adoración vs veneración. (Por cierto, alguien sabe porque en el rito del viernes santo se "Adora" la santa cruz?!? Digo, adorar a Dios, pero a la cruz? creo que es un resbalón de vocabulario)
El hecho de que el Mesías se les haya pasado, a nuestro modo de ver, no quiere decir que no lo veremos juntos. En el día final y en el momento de la muerto, todos veremos a quien hemos estado esperando.
De los cambios a la Torá, creo que Jesús no vino a cambiar la Ley sino a darle cumplimiento. En ese sentido, el nuevo testamento, por más testamento que sea, no viene a presentarnos a "otro" Dios, sino a profundizar la relación con el mismo Dios. (Como se llaman aquellos que negaban/niegan que el antiguo testamento sea palabra de Dios?). Pa más referencias, en otro contexto, ver uno de mis articulos favoritos.
De lo del más grande de los profetas, seguramente Dios está poco preocupado por eso. De lo contrario sufriria mucho mientras la mayor parte de la humanidad no sabe que el mayor de los profetas fue "fulano" que ni siquiera saben quien es.
Yo celebro esta cercania con los Judíos. Creo que nos hace bien. En particular pa contrarrestar dualismos alma-cuerpo, y otras yerbas que no pertenecen a la tradición semítica y que se han colado.
Por otro lado, creo que el monoteísmo tiene unos riesgos de mono-pensamiento, mono-cultura, etc, que en el cristianismo son un poco más bajos por lo Trinitaria, que es comunitario, alternativo, de respeto y enriquecimiento, etc. Leí un artículo hace dias al respecto, pero no tengo la referencia a mano. De hecho el autor hablaba también del terrorismo en ese contexto.
un saludo
¡Gracias a todos por sus comentarios! ¡Me encanta que todavía sigan mis posts judaizantes!
Zingua: Muchas gracias por la sugerencia. La tendré en cuenta.
Carlos: Sé cómo te sientes. La primera vez que los leí, pensé lo mismo. Sin embargo, una segunda lectura me convenció de que ninguno de esos preceptos está en conflicto con el cristianismo.
Por ejemplo, aunque no soy nadie para decidir quién es 'más' que otro profeta, no creo que San Juan Bautista , a pesar de ser importantísimo como el último de los profetas y el primer sacerdote y precursor de Jesús, haya contribuido más que Amós, Jeremías o Isaís. Ocupa unas pocas líneas en la Biblia y no dice nada que no hayan dicho los profetas que le precedieron (y que quede claro que esto no significa que le esté restando importancia). Por otra parte, la figura de Moisés es imprescindible para la tradición judeo-cristiana. Sin la alianza en forma entre Dios y los hombres, la Ley absolutamente divina (y, por tanto, absolutamente humana) y el código ético-moral derivado de ella, ¡cuán diferente sería el cristianismo! (en caso de que existiese).
Maimónides menciona específicamente la Torá, no los Ketuvím (escritos), Nevi'ím (profetas) o la Tanáj (la Biblia hebrea en su totalidad), sino sólo el Pentateuco. El Nuevo Testamento es el Nuevo Testamento y punto, no una nueva Torá. Es más, el Nuevo Testamento descansa sobre la base fundamental de la Ley del Pentateuco. El Evangelio no tendría la profundidad ni el marco de la tradición completo sin la Torá. Como bien dice HLP, el que Jesús haya venido a asumir la Ley en Él mismo, exentándonos de seguir al pie de la letra los 613 mitzvot de Moisés, no quiere decir que muchos de ellos no sean 100% válidos por sí mismos o que arrojen luz y sentido a muchos pasajes del Nuevo Testamento.
En el caso del judaísmo, si hablamos de la venida del Mesías, se trata de la segunda venida de los cristianos. Pero se trata del viejo cuento del judío y el cristiano viviendo en fraternidad y amor, esperando al Mesías para preguntarle: '¿Ya estuvo usted aquí?'.
Y, tal como dice HLP, hay una diferencia muy grande entre la adoración y veneración, como entre ícono e ídolo, ¿no crees? Cuenta una anécdota que el rvdo. p. Peter Hans Kolvenbach, S. I., general de los jesuitas y sacerdote del rito armenio, fue interrogado por un amigo protestante acerca de sus largos coloquios de oración frente a ídolos orientales de santos: '¿Qué tanto les dices a ellos?'. El 'Papa Negro' respondió: 'Es que no has entendido nada: '¡Son ellos los que me haban a mí!'.
Un saludo a todos.
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