martes, junio 23, 2009

Una cruz y un crucificado; dos poetas

Cristo en la cruz

Antonio Saura, Crucifixión, 1959.

Cristo en la cruz. Los pies tocan la tierra.
Los tres maderos son de igual altura.
Cristo no está en el medio. Es el tercero.
La negra barba pende sobre el pecho.
El rostro no es el rostro de las láminas.
Es áspero y judío. No lo veo
y seguiré buscándolo hasta el día
último de mis pasos por la tierra.
El hombre quebrantado sufre y calla.
La corona de espinas lo lastima.
No lo alcanza la befa de la plebe
que ha visto su agonía tantas veces.
La suya o la de otro. Da lo mismo.
Cristo en la cruz. Desordenadamente
piensa en el reino que tal vez lo espera,
piensa en una mujer que no fue suya.
No le está dado ver la teología,
la indescifrable Trinidad, los gnósticos,
las catedrales, la navaja de Occam,
la púrpura, la mitra, la liturgia,
la conversión de Guthrum por la espada,
la inquisición, la sangre de los mártires,
las atroces Cruzadas, Juana de Arco,
el Vaticano que bendice ejércitos.
Sabe que no es un dios y que es un hombre
que muere con el día. No le importa.
Le importa el duro hierro con los clavos.
No es un romano. No es un griego. Gime.
Nos ha dejado espléndidas metáforas
y una doctrina del perdón que puede
anular el pasado. (Esa sentencia
la escribió un irlandés en una cárcel.)
El alma busca el fin, apresurada.
Ha oscurecido un poco. Ya se ha muerto.
Anda una mosca por la carne quieta.
¿De qué puede servirme que aquel hombre
haya sufrido, si yo sufro ahora?

Jorge Luis Borges (1899-1986)

Viernes Santo

Paul Gaugin, Cristo amarillo, 1889.

I

Clavado en el madero, Cristo calla.
Su cruz es burda e idéntica a las otras
donde cuelgan maltrechos dos ladrones.
La barba y el cabello por el polvo,
la sangre y los sudores se le enredan
sobre el pecho desnudo. Un estertor
de muerte lo recorre, mientras busca
con ansia entre la plebe la mirada
de aquellos que lo amaron. No hay ninguno.
La mañana es atroz y él está solo
con el hirviente hierro de los clavos
(casi no logro distinguir su rostro
ni sus ásperos rasgos de judío).
Fatigado se hunde en el desorden
de sus largos y múltiples recuerdos:
piensa en el Reino que clamó y lo espera,
en sus burdos y míseros discípulos
y en su doctrina del perdón que salva.
El suplicio es atroz y él desespera;
al dolor de los clavos y del tétanos
se agrega la tortura del pecado:
siente en su carne el peso de otra herida
inmemorial y vasta como el hombre
(que Borges nunca vio y nunca supo
cuando en Kioto dictaba su poema):
el odio de Caín, las arduas guerras,
las espadas de Roma, los sicarios,
el fardo de la Ley, los saduceos,
la traición del amigo aquella noche
del garrote, la cuerda y la agonía,
el Imperio Cristiano de Occidente,
el fasto y la lujuria del papado,
la conversión de indios por la espada,
el cadalso, la guerra, las mazmorras,
el suplicio de Hus, Borgia y su estirpe,
el anatema, el Index, las intrigas,
los campos alemanes de exterminio,
las bombas de Hiroshima y Nagasaki,
los Gulags, el Mercado, sordo y ciego,
los pecados que haré, los que ya he hecho…
Sabe que su suplicio es casi eterno,
que no hay consuelo alguno en ese instante.
Han dado ya las tres sobre la cima.
Su espíritu abatido busca al Padre
que entre sus sombras de fe lo aguarda.
Nadie se ha dado cuenta que ya ha muerto,
ni sabe los vínculos secretos
que en el cosmos su muerte habrá tejido.
El aire huele a sangre y a carroña.
¿Qué puedo yo decir, que no soy nada,
yo que gozo en mi vida sus dolores?
Sólo Dios pudo amarme de esa forma.

Marc Chagall, Crucifixión blanca, 1938.

II

Soy del hombre que cuelga en esta tarde
el clavo de su mano, la derecha;
soy la lanza, la punta que lo acecha,
en su carne el flagelo que más arde;
soy el madero y soy de aquel judío,
que muere con la tarde, su lamento,
sus llagas soy, su sed, su amargo aliento,
su purulenta sangre y su vacío;
soy la plebe que yede y con su salva
de befas lo contempla en esta hora
que es la sexta, la hora más amarga,
la terrible, la obscura, la que embarga.
Soy lo peor de su muerte ayer y ahora,
soy su sangre vertida que me salva.

Javier Sicilia (1956-)

lunes, junio 15, 2009

¿20 razones para NO votar? (I)



Justo en medio de una crisis económica que empeora día con día (sumándole el daño que provocó la alerta epidemiológica de influenza A), de parálisis y desprestigio del sistema político y una guerra (¿o cruzada?) contra las drogas que ya se ha cobrado once mil vidas, México celebrará elecciones federales y locales el día 5 de julio. Se pronostica que sea el abstencionismo el que tenga la última palabra. Los pocos que piensan acudir a votar, probablemente anulen su voto...

Teniendo en cuenta lo anterior, quisiera comentar un articulito que leí en un pasquín de 'izquierda consecuente' que me dieron en el metro (tren subterráneo), en cuya portada se leía: '¡Votar no es elegir!' y que al final ennumeraba 20 razones para no votar. Quisiera comentarlas una a una, con gran preocupación por la democracia mexicana y sin afán de disculpar los muchos fallos de su política cotidiana.
1. Un sistema electoral de derecha: Las elecciones no están basadas en la igualdad, sino en la ley del más fuerte y del que tiene más dinero. Es ideológicamente compatible con el capitalismo.
La democracia liberal no disntingue 'izquierdas' de 'derechas', precisamente porque es el único sistema que permite a ambas existir, expresarse e influir en la política, lo cual no es el caso de cualquier dictadura, de un color o de otro. Y no, la democracia liberal no se basa en la igualdad, sino en la libertad y la igualdad (ante la ley). Tampoco es cierto que se base en la 'ley del más fuerte', porque incluso en México se gobierna partiendo de un principio de mayoría que a la vez respeta los derechos de las minorías (en el debate político se escuchan todas las voces e incluso los representantes plurinominales dan voz a partidos políticos que, de otra forma, carecerían de voz). Por otro lado, mientras que liberalismo económico (que no capitalismo) y democracia liberal sí van de la mano; no puede existir en plenitud uno sin el otro. Son ideológicamente compatibles porque ambos otorgan primacía al individuo, no al Estado.
2. Todos los partidos funcionan igual: No importa quién se aproveche de tu boleta electoral, el molde ya está hecho para que todos se corrompan cuando llegan al poder. Las elecciones son puras ilusiones.
Y, si las elecciones son puras ilusiones, ¿habría que reemplazarlas con qué? Sí, el poder corrompe. Siempre lo ha hecho y siempre lo hará, mas ésa no es razón para dejar de ejercerlo. La corrupta partidocracia mexicana nos presenta la oportunidad a los ciudadanos de involucrarnos a fondo en la vida democrática, para que utilicemos los medios, las ONG’s, las calles, los tribunales, y los mismos partidos políticos (¡trabajando en ellos!) para presionar y acotar su poder! La acción moral y política individual es el lo único que puede cortar el círculo de la corrupción y la impunidad.
3. Este poder es un botín, no un servicio: El sistema electoral está diseñado para enriquecer a la clase política, generando ambiciones y corrupciones sin límite. Votar es elegir a quién te va a robar.
No, no está diseñado para eso. Está diseñado para que los ciudadanos, si así lo quieren, cambien las cosas para bien o para mal. Ahora que si los mexicanos creemos que con ir a las urnas y poner un tache las cosas se transformarán de la noche a la mañana... es porque somos idiotas. El simple hecho de admitir sin más esa realidad de que ‘Votar es elegir a quién te va a robar, sin que desencadene una acción del individuo que se dice indignado, es signo de que la democracia está muerta y no puede funcionar. A una empleada doméstica que nos roba o a un mecánico que nos ve la cara y cambia la transmisión en vez de sólo una bujía fundida o a un tendero que vende sus productos a precios exhorbitantes, uno los despide y busca esos servicios en otro lado. Los políticos son empleados nuestros. Y nos roban... y siguen robándonos... ¿De quién es la culpa de que continúe una situación así, del empleado que roba o del empleador que lo tolera?
4. Votar es callar: Las elecciones significan un cheque en blanco que entrega nuestra voluntad a un puñado de bribones para que decidan el destino del país.
De nuevo, ¿de quién es la culpa? ¿Del sirviente irresponsable o del dueño de la casa que le paga el sueldo, le deja la casa sola en las vacaciones, con la despensa llena, las llaves del coche y la clave de la caja fuerte? Nadie que tenga una cota de poder va a querer reducirla por sí mismo. Ése es trabajo de otros. El Congreso acota al Presidente, el Presidente al Congreso (con su veto), la Suprema Corte a ambos... La prensa los acota a todos ellos. El público que la consume, o le sigue la corriente, acota su poder... Bien lo dice Giovanni Sartori: ‘No es necesario buscar la democracia dentro de todas las organizaciones, sino en la relación entre organizaciones’.
5. Votas y te vas: No hay participación ciudadana. La democracia termina en el momento en que depositas tu voto, nunca más te tomarán en cuenta.
Otra vez, la culpa es del ciudadano. ¿Acaso sabemos a qué distrito pertenecemos, quién es nuestro asambleísta, diputado y senador? ¿Tenemos su teléfono pegado en el refrigerador con un imán, junto al de la policía, la Cruz Roja y la pizzería más cercana? ¿Nos enteramos de lo que hacen, lo que dicen, las leyes que votan? ¿Inundamos sus oficinas de cartas, pancartas, volantes, miles de firmas, llamadas nuestras y de nuestros vecinos? ¿Nos quejamos de su labor en su cara o sólo despotricamos en la sobremesa?

Empiezo a creer que no es que en México carezcamos de cultura política, sino que somos pésimos empleadores. Nos gusta pagar por el mal servicio y no hacer nada al respecto.

Continuará...

G. G. Jolly

domingo, junio 14, 2009

Junio de héroes

Quizá debería haber escrito una entrada más de un aniversario, como la de Händel, esta vez acerca del tambiém compositor Franz Joseph Haydn, que acaba de celebrar su segundo centenario luctuoso el 31 de mayo. Pero, a pesar de haber 'inventado' la sinfonía o los cuartetos de cuerdas, no es un compositor que me guste... Encuentro su música deslucida y, francamente, aburrida. No lo demerito; simplemente, no me agrada, por lo que no pienso andar buscando en YouTube videítos para hacer una selección y homenajearlo. Cual fan perdido del Hollywood clásico que soy, prefiero hacerlo, en cambio, con los dos héroes más emblemáticos del cine, que también cumplen años, de nacido uno y de muerto el otro. Me refiero al hombre que encarna el cine de aventuras, el australiano Errol Leslie Flynn (20 de junio de 1909 - 14 de octubre de 1959); y al hombre que por sí solo conquistó el Oeste y ganó la Guerra del Pacífico: Marion Mitchell Morrison (26 de mayo de 1907 - 11 de junio de 1979), conocido como John Wayne. Si tienen el canal TCM en su sistema de cable, pueden ver dos películas de cada uno los fines de semana de junio.

sábado, junio 06, 2009

El ‘Día de Días’, LXV aniversario

Dedicado a mi amigo Brian Guy, de la 246ª compañía de campo, Ingenieros Reales, Ejército Británico.
Playa ‘Sword’, Normandía, 6 de junio de 1944.

El 6 de junio de 1944 se llevó a cabo, sobre las aguas y los cielos del Canal de la Mancha y en las playas de Normandía, Francia, no sólo la invasión anfibia más grande de la historia (con 7,000 embarcaciones de todos los tamaños, 11,590 aviones y casi millón y medio de hombres), sino que se concretó, por fin, la ‘Gran Cruzada’ contra la Alemania Nazi y su legado.


Por ello, en este
‘Día de Días’, humildemente agacho la cabeza en reverencia, acongojado y con el pecho enchido de orgullo, ante los veteranos aún vivos y ante todos quienes tomaron parte en aquella empresa, muy especialmente los que rindieron sus vidas a las playas o los setos normandos.


A continuación, tres frases que resumen el espíritu de lo que quiero compartirles:
‘Soldados, marinos y aviadores de la Fuerza Expedicionaria Aliada:

Están a punto de emprender una Gran Cruzada, para la que nos hemos preparado por muchos meses. Los ojos del mundo están sobre ustedes. Las esperanzas y oraciones de todos los pueblos amantes de la libertad marchan junto a ustedes. Acompañados por nuestros valerosos aliados y hermanos en armas en otros frentes, ustedes han de provocar la destrucción de la maquinaria de guerra alemana, la eliminación de la tiranía nazi de Europa y la seguridad para nosotros mismos y para el mundo. Su tarea no será fácil. Su enemigo está bien entrenado, bien equipado y endurecido en muchas batallas. Peleará fieramente. […] ¡Pero la fortuna ha cambiado! ¡Ahora marchan juntos los hombres libres del mundo hacia la Victoria! Tengo plena confianza en su valor, devoción al deber y habilidad en combate. ¡No aceptaremos nada menos que la Victoria absoluta! ¡Buena suerte! Y encomendémonos a Dios todopoderoso, para que bendiga esta grande y noble empresa.’
Comandante Supremo, Fuerza Expedicionaria Aliada.
6 de junio de 1944.


‘Si alguna vez un Ejército hubo peleado por una causa justa, nosotros lo hicimos. No ambicionábamos el país de nadie; no deseábamos imponer ninguna forma de gobierno sobre ninguna nación. Nosotros peleamos por lo puro, lo decente, las cosas libres de la vida; por el derecho de vivir nuestras vidas a nuestra propia manera, y para que otros pudieran vivirla conforme a la suya; para adorar a Dios en la fe que deseemos; para ser libres en cuerpo y mente; y para que nuestros hijos y sus hijos sean libres.’


‘Nosotros, soldados polacos,
Por su libertad y la nuestra
Le hemos entregado nuestras almas a Dios
Nuestros cuerpos al suelo de Italia
Y nuestros corazones a Polonia.’
Memorial en el cementerio polaco de Monte Cassino, Italia.


¡Gracias a todos los 10 mil valientes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia y Polonia (y a las decenas de miles más que les siguieron), por haber dado su presente a cambio del futuro ajeno, nuestro presente!

G. G. Jolly