El pueblo de Israel continúa siendo el pueblo de Dios
Ya sea que Dios tenga a los judíos la gran estima de siempre y un plan especial, como ha dicho numerosas veces Benedicto XVI o como declara el Concilio en la Nostra ætate:
‘La Iglesia tiene siempre ante sus ojos las palabras del Apóstol Pablo sobre sus hermanos de sangre, “a quienes pertenecen la adopción y la gloria, la Alianza, la Ley, el culto y las promesas; y también los Patriarcas, y de quienes procede Cristo según la carne” (Rom IX, 4-5), hijo de la Virgen María. Recuerda también que los Apóstoles, fundamentos y columnas de la Iglesia, nacieron del pueblo judío, así como muchísimos de aquellos primeros discípulos que anunciaron al mundo el Evangelio de Cristo. Como afirma la Sagrada Escritura, Jerusalén no conoció el tiempo de su visita, gran parte de los Judíos no aceptaron el Evangelio e incluso no pocos se opusieron a su difusión. No obstante, según el Apóstol, los Judíos son todavía muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación’.
Y tal como dice Paul Johnson:
‘Hebrón es prueba de ello. Se encuentra a unos treinta kilómetros al sur de Jerusalén, a mil metros de altura, en las montañas de Judea. Allí, en la cueva de Macpelá, están las Tumbas de los Patriarcas. De acuerdo con una antigua tradición, un sepulcro, de mucha antigüedad, contiene los restos de Abraham, patriarca de los judíos y fundador de su religión. Junto a su tumba está la de su esposa Sara. En el interior del edificio se encuentran las tumbas gemelas de su hijo Isaac y su esposa Rebeca. Al otro lado del patio interior se hallan otro par de sepulcros, el de Jacob, nieto de Abraham, y el de su esposa Lía. Fuera del edificio, la tumba de José, hijo de estos últimos. Allí es donde es posible situarla en el tiempo y el espacio.(1) Paul Johnson, La historia de los judíos, Barcelona, Ediciones B, 2003. pp. 15-16.
Hebrón posee una belleza venerable. Transmite la paz y quietud característica de los antiguos santuarios; sin embargo, sus piedras son testigos mudos de luchas constantes y cuatro milenios de disputas religiosas y políticas. Ha sido sucesivamente un santuario hebreo, una sinagoga, una basílica bizantina, una mezquita, una iglesia de los cruzados y, después, de nuevo una mezquita. Herodes el Grande la rodeó con un majestuoso muro, que aún existe, y se eleva a doce metros de altura; está formado por grandes piedras talladas, algunas de las cuales tienen siete metros de longitud. Saladino adornó el santuario con un púlpito. Hebrón refleja la larga y trágica historia de los judíos y su inigualable capacidad para sobrevivir al infortunio. Allí se ungió rey a David, monarca de Judea (2 Samuel II, 1-4), y después de todo Israel (2 Samuel V, 1-3). Cuando Jerusalén cayó, los judíos fueron expulsados y el lugar fue poblado por Edom. Fue conquistado por Grecia, después por Roma, convertido, saqueado por los zelotes, incendiado por los romanos y ocupado sucesivamente por árabes, francos y mamelucos. A partir de 1266 se prohibió a los judíos entrara a orar en la cueva. Únicamente se les permitía ascender siete peldaños por el lado de la pared oriental. En el cuarto peldaño introducían sus peticiones a Dios en un orificio de dos metros de profundidad perforado en la piedra. Se utilizaban palos para empujar los pedazos de papel, hasta que caían en la cueva. Incluso así, los que pedían corrían peligro. En 1518 se produjo una terrible masacre otomana de los judíos de Hebrón. Tras ella se reorganizó una comunidad de eruditos piadosos, que llevó una existencia insegura, y estuvo formada, en distintas ocasiones, por talmudistas ortodoxos, estudiosos de la cábala mística e incluso por judíos ascetas, que se flagelaban cruelmente hasta que la sangre salpicaba las piedras veneradas. Después, los judíos habrían de dar la bienvenida al falso Mesías, Shabbetái Zevi, en la década de 1660, y también llegaron los primeros peregrinos cristianos modernos en el siglo XVIII, colonos judíos seculares un siglo después y los conquistadores británicos en 1918. La comunidad judía, nunca muy numerosa, fue atacada violentamente por los árabes en 1929 y otra vez en 1936, cuando prácticamente la exterminaron. Cuando los soldados israelíes entraron en Hebrón, durante la Guerra de los Seis Días de 1967, hacía una generación que no vivía allí un solo judío. No obstante, en 1970 se restableció un modesto asentamiento que, a pesar de los grandes temores y la incertidumbre, ha florecido.
De modo que cuando el historiador visita hoy Hebrón, se pregunta dónde están todos esos pueblos que otrora ocuparon el lugar. ¿Dónde los cananeos?, ¿dónde los idumeos?, ¿dónde están los antiguos helenos y los romanos, los bizantinos, los francos, los mamelucos y los otomanos? Se han desvanecido irrevocablemente en el tiempo. Pero los judíos continúan en Hebrón.’(1)
4 comentarios:
Hola. Primero quisiera aclarar que no escribo con intensiones de discutir sobre Israel.
Vengo a este blog, porque me parece que usted dice cosas que tienen mucho sentido y no juzga a la ligera.. sin antes -haberse tomado el tiempo suficiente para ordenar sus ideas.
Antes de seguir admirando sus dotes de escritura y buenos pensamientos, aclaro que vengo a buscar su humilde opinión ante varios temas que llevan un tiempo queriendo acabar con mi paciencia.
El primero de ellos es esta nueva guerra que ha surgido en el mundo, en la cual los países, ya no se unen en bandos para luchar contra otros como en las guerras mundiales; ni luchan por poder indirectamente, ni por medio de otros, sino que pretenden acabar con un enemigo que ha tomado muchisima fuerza y se ha sabido camuflajear muy bien (entre los ciudadanos inocentes de un país, dentro de los países de sus propios enemigos...): El terrorismo.
Estados Unidos, Israel y muchos más le han declarado la guerra a este fanatismo ciego al cual no le importa acabar ni con ellos mismos. Sin embargo, esta guerra ha resultado ser tan confusa como ninguna, tantas personas han resultado víctimas de ella... Ninguna guerra perdona a inocentes, por eso las aborrezco, pero al parecer no existe otra manera de acabar con esta ola de terror que invade al mundo. A veces pienso que los seres humanos tenemos MUCHA más capacidad y podemos declarar una guerra al terrorismo inteligente, porque los terroristas, no son los nazis de la WW II; ni un país enemigo al cual se puede bombardear...
Espero que me haya entendido, siento que al parecer aquellos , que declarado esta guerra al terrorismo se han convertido en la semilla del terror en muchos de esos ciudadanos de países "terroristas" que simplemente quieren vivir en paz.
Hace un tiempo leí este título en un artículo: "¿Guerra Antiterrorista o Terrorista?": Lo que el artículo decía, poco importa pues no era nada sensato, pero el título, el título si me hizo pensar en ello.
Agradezco más que una respuesta, su sincera opinión ante este tema tan complicado, vaya en contra de mis pensamientos o no.
marcela_colmenares@hotmail.com
Ululatus: he comenzado en Aragón un periódico que se llama aragón liberal.
su link es: http://aragon-liberal.lastinfoo.es/
Doy por supuesto que, si quieres, puedes colgar ahí algún artículo. O si lo deseas, también hacerte colaborador desde Méjico; me da alegría saber que estás de nuevo produciendo y además con un blog de grupo... eso último es bueno para tener siempre algo de actualidad.
Muchísimas gracias por comentar, Marcela.
El tema del terrorismo es sumamente complejo y es peligroso formarse una opinión que sea imparcial y no dogmática. Ése, por desgracia, no es mi caso. Y todo porque el terrorismo proveniente del fundamentalismo islámico ataca y detesta todo lo que yo tengo por más preciado: la cultura Occidental, la religión cristiana, el liberalismo, la libertad política... Y todo eso me puede más que otras cosas. Para mi pesar, he tenido que abandonar, poco a poco, cada año que pasa, mi idealismo... todo tiene un límite, incluso mi deseo sincero de tolerancia religiosa y entendimiento entre culturas, especialmente con nuestros hermanos abrahámicos, los musulmanes...
Frid: con todo gusto colaboraré, en la medida de lo posible.
Un saludo.
Ululatus: por ahora he colgado el artículo de los judíos pueblo elegido en el periódico como "blog del día"; y así lo anuncio algo (suele durar viva una noticia dos o tres días). Es un sistema de last-infoo con lo que van bajando las noticias a la página anterior (hay cuatro). Así lo leerán mis amigos y enlazarán si quieren con tu blog, y les hará mucho bien, porque rezuma la naturalidad de la presencia de Dios, de Dios cuidando al hombre a través de la Historia.
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