domingo, mayo 20, 2007

Leonardo Boff sobre Benedicto XVI en Aparecida


El popular teólogo y exsacerdote franciscano brasileño, Leonardo Boff, acaba de publicar un texto llamado ‘Los silencios de Benedicto XVI’, en el que se refiere a la visita de Papa al Brasil, donde inauguró la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.

Boff no es para nada uno de mis autores favoritos, pero le reconozco su genio y enorme talla intelectual; sin duda, es una de las voces que han de ser tomadas en cuenta a la hora de debatir los asuntos más relevantes que afectan a la Iglesia, a Latinoamérica y al mundo. Quisiera, a continuación, comentar algunas de las cosas que dice en ese texto.

‘Es notorio que en Brasil persisten dos tipos de catolicismo: el devocional y el del compromiso ético. El primero tiene un cuño popular centrado en la devoción de los santos, la oración y los peregrinajes, y hoy, en su forma moderna, en la dramatización mediática con fuerte contenido emocional.’

De acuerdo. Buena observación.

‘El catolicismo del compromiso ético se inspira en la acción católica y en las pastorales sociales y culmina con la teología de la liberación.’

Hasta cierto punto cierto, pero, ¿culmina con la teología de la liberación? Me parece algo exagerada la palabra culmina. Es verdad que una de las cosas positivas que retomó de la tradición judeo-cristiana la teología de la liberación fue el compromiso ético radical, en especial para con los más pobres (en un sentido muy amplio, no sólo el de la pobreza material). Sin embargo, creo que el catolicismo del compromiso ético tiene más vertientes que eso y que, dada la desactualización que presenta la teología de la liberación hoy, no ha culminado, sino que continúa renovándose en un proceso continuo de búsqueda.

‘Este modelo requiere mediaciones socioanalíticas porque está interesado, desde su perspectiva espiritual, en la transformación social.’

Sí, mas no es el único modelo. El proyecto de un ethos mundial, como el que ha comenzado Hans Küng, por ejemplo, ha de contar con la contribución de muchos católicos filósofos, científicos, teólogos, sociólogos, historiadores, laicos o religiosos, de muy diversas tendencias, interesados en la transformación social. También el debate sobre la bioética, el narcotráfico y la despenalización de las drogas, el calentamiento global… todo eso demandará la participación de la Iglesia Católica, mucho más allá de la teología de la liberación, que, además, no es una realidad extralatinoamericana (aunque bueno, en este caso estamos hablando del Brasil).

‘Yo creo que el catolicismo devocional no tiene potencialidad de transformación social, por estar volcado sobre sí mismo…’

Totalmente de acuerdo.

‘…mientras que el otro articula constantemente fe, justicia y evangelio con compromiso de liberación’.

Sí, pero, de nuevo, no me atrevería a generalizar.

‘Lo que el Papa dijo sobre la primera evangelización en Brasil, como un “encuentro de culturas” y no una “imposición y alienación” no se sustenta históricamente. La colonización y la evangelización fueron parte de un mismo proyecto, que significó uno de los mayores genocidios de la historia.’

Esto ha sido tergiversado hasta la náusea en los medios, y está manchado no sólo de ignorancia, por una parte, sino de una clase de indigenismo tan común como nefasto (a mi ver). En primera, el Papa jamás negó que, en muchos casos, el Evangelio fue impuesto mediante violencia y coerción (cosa por la cual Juan Pablo II pidió perdón a nombre de la Iglesia en el año 2000). En segunda, lo que dice es más profundo; forma parte de la teología que cultivó y difundió incesablemente como cardenal durante muchos años, la de la universalidad del cristianismo en su relación con distintas culturas. Incluso lo llegó a tratar en el famoso debate que tuvo con el titán de la filosofía Jürgen Habermas. Muchas veces afirmó Ratzinger que el cristianismo no es sólo europeo, pues fusionó lo mejor y más avanzado del pensamiento helénico, latino y hebreo, precisamente aquello que tenía un carácter universal. Se trata de la búsqueda y el sentimiento íntimo de Dios intrínsecos en todo ser humano, que afirmó el Concilio Vaticano II y que desterró la idea de eterna condenación para todos los que no abrazaran a Jesucristo como Salvador, dentro de la Iglesia Católica. ¿Ahora habrá que negar que las culturas precolombinas, atrasadas en algunos aspectos y avanzadísimas en otros, no cultivaban una noción madura de Dios, que les hizo abrazar el cristianismo de manera íntima y libre?

Otra cosa que no pretendo comentar aquí es lo de ‘uno de los mayores genocidios de la historia’, que me suena a una interpretación parcial y tendenciosa, ideologizada, de la historia del continente…

‘Es teológicamente frágil la tesis de que Dios es explícitamente imprescindible para construir una sociedad justa. Los Estados Pontificios desmienten esta tesis. La España de Franco y el Portugal de Salazar alababan públicamente a Dios y no dejaban de torturar y condenar a muerte. Lo que hace falta es un consenso ético y una apertura a la trascendencia, dejando abierta la definición del contenido, como sucede en los Estados modernos.’

No sé si sea ‘teológicamente frágil’ o no el discurso del Papa; lo dudo. Más bien, entiendo que se refieren a lo mismo desde perspectivas distintas. Por lo demás, la forma de definirlo del señor Boff me parece acertadísima.

‘Estas insuficiencias teóricas hacen que el discurso papal se deslice hacia el moralismo y el espiritualismo. Y melancólicamente repite la cantilena: no a los contraceptivos, no al divorcio, no a los homosexuales, no a la modernidad, sí a la familia tradicional, sí a una rígida moral sexual, sí a la disciplina. Tantos “no” hacen antipático su mensaje, como si no hubiera temas más apremiantes.’

Menciona un buen punto: demasiados ‘no’, que, en verdad, hacen chocante el mensaje, al menos para los medios de comunicación, con sus agendas propias. Mas no creo el Papa deba dejar de hacer énfasis en la doctrina tradicional de la Iglesia, tan olvidada e ignorada (aunque caiga pesada). Puede que sí haya temas más apremiantes en América Latina, como la Iglesia ignorante y en crisis, las enormes injusticias sociales y la violencia. Sin embargo, uno de los enormes defectos de la teología de la liberación es que se centró tanto en la justicia social que también se le olvidó el proceso de la secularización, y así la posmodernidad la alcanzó. Ahora, no sólo las injusticias siguen allí, sino que hay nuevas estructuras de pecado social que cuestionan la razón de ser y los fundamentos mismos del Evangelio. ¿Cómo ha de haber liberación evangélica si la sociedad de hoy ya no cree en el Jesús liberado, histórico, redentor?

‘Hay silencios significativos en los discursos del Papa: sólo una vez se refirió a las comunidades de base, una vez a la opción por los pobres, una vez a la liberación, nunca a la teología de liberación y a las pastorales sociales, nunca al gravísimo problema del calentamiento global.’

Aquí creo que Boff peca a la vez de injusto y de ingenuo. Porque Benedicto XVI no es Pablo VI, ni mucho menos, Gustavo Gutiérrez o Leonardo Boff. Le está pidiendo peras al olmo. Además, creo que menosprecia los fuertes llamados éticos que hizo el Papa a la juventud o la clara denuncias a las estructuras de injusticia, al contrario del padre Ernesto Cavassa, SJ (otro de los izquierdosos e ‘imbéciles’ vilipendiados por la fundamentalista, pedante, ignorante e insoportable ‘cigüeña’), quien reconoció que el Santo Padre ha puesto la dimensión social y política del Evangelio en el centro de Aparecida, al igual que en su encíclica Deus Caritas est(1). Y sí se refirió al deterioro ambiental, de las selvas en específico. Quizá no mencionó el calentamiento global en Brasil, pero lo ha hecho en Roma. Ésa me parece una crítica gratuita.

Finalmente, algo con lo que estoy en absoluto desacuerdo con Boff, por su peligro y radicalidad desmesurada:

‘El catolicismo brasileño y latinoamericano, para estar a la altura de los tiempos actuales, exige el coraje que tuvieron los primeros cristianos: abandonaron el suelo cultural judaico de Jesús y se insertaron en el suelo pagano helenista. De esa inserción nació el cristianismo actual, que es una expresión del Nuevo Testamento, no del Antiguo.’

En un excelente escrito sobre las relaciones judeo-cristianas, el cardenal Carlo Maria Martini condenó con mucha fuerza nada más ni nada menos que ese abandono, llamándolo ‘el primer gran cisma de la Iglesia’. Según él, fue precisamente esa ruptura la que privó al cristianismo de su más grande fundamento ético-social: el Antiguo Testamento. Esa sensibilidad ante la realidad terrena, la injusticia social y la sensibilidad hacia los problemas comunes de la gente que tanto proclaman Boff y la teología de la liberación estuvieron ausentes durante muchos siglos en el cristianismo a causa de la ruptura radical con el manantial de la tradición judía. No creo que sea buena idea cometer el mismo error otra vez, siendo que aún no se ha resuelto el primero.
(1) v. Ernesto Cavassa, SJ, ‘Un mensaje alentador’.

G. G. Jolly

15 comentarios:

hectorpal dijo...

Hola Ululaluts. Tiempo sin pasar por aqui. He estado ocupado. Me ha gustado tu analisis, aunque puedes sospechar en que puntos no estoy de acuerdo. Si creo que Leonardo, a pesar de lo claro y de la talla intelectual, muchas veces es demasiado "pedagogico"... pero eso nos pasa a todos. Lo importante son las partes en las que tiene razón.

En efecto decir que las cosas culminan en la teologia de la liberacion es una afirmacion muy fuerte, incluso desde ella misma. Creo que J.L. Segundo y el mismo Jon Sobrino son lo de los que mas han criticado puertas adentro de la T.L. ese triunfalismo, como bien dices alcanzado por la postmodernidad, etc.

Creo que hay que leer diferente tanto al Papa como a Leonardo en referencia a los substratos Judios, Helenicos, etc. Yo tambien creo que parte del error fue darle la espalda a la raiz semitica. Los Padres orientales aun conservaban mucho de eso, pero en los Padres Occidentales, ya la cosa se iba deslizando. Mucho de los errores posteriores vienen de ese distanciamiento. La independencia de la labor teologica y de la salvacion, como cosas abstractas mas alla de la historia de la gente concreta y de los pueblos, que tanto ha justificado.

Pero por otro lado es cierto que los discipulos tomaron la decisión de romper en algun sentido con lo anterior. Lo que debieron es fracturar sin alejarse, pero eso es casi siempre inevitable. Es como terminar una relacion de pareja, y ser amigos como siempre. Dificil. En lo que si tiene razon Leonardo es que ese proceso debe vivirse nuevamente. Atrevernos a dar un paso, aunque se recienta un poco la convivencia con lo establecido. Quitar el yugo de las nuevas circunsiciones, no poner mas cargas sobre los hombros de nuestros hermanos de las que deberian tener, etc. Termino aqui. Tengo trabajo. Gracias por todo!

Ululatus sapiens dijo...

Como siempre, eres bienvenido y tus respuestas enormemente apreciadas, mi estimado HLP.

Estoy completamente de acuerdo en lo que has dicho. Estoy de acuerdo que un nuevo éxodo hacia la gentilidad, mediante una profunda inculturación y difusión de la cultura cristiana (como lo señaló la CELAM de Puebla), es necesaria para que la Iglesia se desenvuelva en el siglo XXI, como maestra, misionera y evangelizadora.

El problema está, creo yo, en que la ruptura no puede ser ni muy fuerte ni muy radical. Correría el riesgo de perder nuevamente su tradición e identidad, siendo absorbida por un posmodernismo inmisericorde. Más bien, tiene que encararlo desde la vocación universal del cristianismo al diálogo y la universalidad, cosa de la que la teología de la liberación (al menos como la leo de don Leonardo) carece, a mi parecer.

¡Saludos! (y gracias otra vez)

hectorpal dijo...

:-)

Es interesante tu frase: "profunda inculturación y difusión de la cultura cristiana". Creo que allí está el centro del tema.

Pregunta: la inculturación es sólo
"difusión" de la cultura cristiana, entendida como difusion de algo que ya existe. Respuesta que creo compartes: No.

Pregunta: Entonces ¿qué puede ser la difusión de la cultura cristiana?

En concepto mismo de "inculturación" puso en duda la evangelización como "difusión". El objetivo a largo plazo de la evangelización es que la cultura que emerge sea cristiana, sin que deje de ser africana, asiatica, etc.

En ese sentido la cultura que sale es "diferente", aunque también es "antigua". En ese sentido cabe cuando hablas de difusión.

La cultura que salga tendría que ser una síntesis sorpresiva elaborada por el Espiritu en el seno de esas culturas.

Creo que la teologia de la liberación es un llamado a inclinar la cosa hacia el lado de la situación concreta de la gente, una teología situada. Eso lo hemos hablado. Y también es cierto que mucho de ello se ha hecho apelando a la tradición de la Iglesia. Las citas, por ejemplo, a los Padres de la Iglesia son continuas. O mirar la lectura que hace Gustavo Gutierrez de Bartolomé de Las Casas.

Pero también hay voces que reclaman más síntesis desde dentro de la Teologia de la Liberación, pero mucho de ello ha venido por añadidura. El que ahora se sientan hermanados con teologias feministas, ecologistas, etc, hace que el tema de la liberación se haga más amplio.

Yo la verdad celebro la valentía de los teologos, es cierto que varios se pasaron, y algunas de las personas en ese espacio cometieron errores incluso gravisimos. Pero alguien tenía que tensar la cuerda, y sabemos que eso no es labor de Roma. Nunca lo ha sido y no por maldad, es así como funciona esto.

Entonces, es demasiado afirmar que la T.L. "carece". Es heterogena y va caminando, por algo es parte de la Iglesia.

saludos!

Cristian dijo...

Oye, que buen cambio en tu blog... me gustaría alguna vez poder hacer algo así.
Muy buena tu entrada, no he leido el artículo de Boff, trataré de buscarlo... y concuerdo con mucha de tu opinión... claro que Boff no puede pedirle a quien fue custodio de la fe que baile al ritmo del ex fraile. Pasaba además a desear feliz Pentecostés. Bendiciones.

Deux ex machina dijo...

Ah y pense que yo me aventaba mis post largos.

Considero que todo se renueva y la iglesia ya se tardo, sabes que no creo en Dios ni en la iglesia pero si kiero un despertar del espiritu. Fui educado en escuela catolica de monjas, rezaba diario el rosario, mes abia el calendario liturgico, las ceremonias oficiales, en fin, tenia 9 años y ya keria ser sacerdote pero no me gustan las respuestas vacias de LA IGLESIA, asi qaue bueno mi espiritu es mas inkieto y busco en mi primero en ves de ir a buscarla a fuera.

No es critica, no es atake, solo una pekeña pisca de platica para decir...he vuelto, saludos y espera mis post con nueva musik

Ululatus sapiens dijo...

¡Gracias a todos por sus comentarios!

Con respecto a tu pregunta, HLP:

No, inculturación y difusión de la cultura cristiana son dos cosas muy relacionadas, pero distintas, sobre las que ahondó la CELAM de Puebla. La difusión de la cultura cristiana significa educar a las sociedades y culturas presentándoles los valores universales del cristianismo. Inculturación es hacer al cristianismo aún más universal haciendo que beba de las formas, valores y tradiciones típicas de una sociedad concreta, haciendo así más fácil la difusión de la cultura cristiana.

Por lo demás, creo que estamos de acuerdo. Quizá la palabra 'carece' no sea adecuada, aunque se me ocurre que más bien cierta teología de la liberación concreta, latinoamericana, à la Boff, sí carece de universalismo. Se sitúa en demasía. Ahora bien, hay muchas teologías de la liberación, que juntas logran un universalismo que, en efecto, es heterogéneo y va cambiando.

Cristian:

¡Feliz Pentecostés! Oye, puedes tú mismo combiar tu blog. Es cosa de que te metas un día a las opciones de plantilla y las nuevas opciones del blogger beta y juegues un rato. Y el link al artículo de Boff está en este mismo post.

Machina:

¡Gracias por venir, y más aún el de contrubuir desde tu perspectiva no creyente a este debate por la renovación! Estaré esperando tus posts musicales.

¡Saludos a todos!

Anónimo dijo...

Muy buen comentario a Boff, aun que también no estoy de acuerdo en varios puntos..

‘Yo creo que el catolicismo devocional no tiene potencialidad de transformación social, por estar volcado sobre sí mismo…’

Discrepo con Boff y con Ululatus. Hay una cosa que esta pasando con el Cristianismo y es que lo estamos diseccionando, por una lado tenemos a la Teología de la Liberación que es una interpretación sentimentalista y deista de la revelación, y por otro lado esta la interpretación puramente intelectual en los que muchos alguna vez caemos.

El Cristianismo "devocional" es muy acertado, ya que es propiamente "religioso"... la oración, las procesiones, los rezos, son parte del entramado que el hombre hace de cara a Dios y si se hace como TESTIGO (de Cristo) tiene mas valor que una revolución que derroque la pobreza en el mundo. Al final no vamos a cambiar el mundo, pero Dios nos exigirá nuestro talento... y nos exigira obras concretas, no por que Jesucristo fue un "ejemplo" si no por que el amor exigido requiere actos concretos. Jesucristo no vino a darnos ejemplo, vino a morir por nosotros... por eso la TL es deista ya que no cree ni le interesa la salvación, no le interesa la cruz si no significa que es una bella analogía de los pobres, en el fondo esta diciendo que Dios no actua.

Y por otro lado estan (mos) los que se nos olvida que la renovación social es un deber no de la vida de Cristo, si no de nuestro ser Testigos del amor y las exigencias de Dios y para eso no hay que saber mucho, hay que orar mucho para afinar la vista a VER.... a ser Martys, testigos de la Fe.... los primeros Cristianos no eran ni socialistas, ni tenian afiliación politica y vivian en una comunidad que hoy muchos solo pueden soñar.. pero lo hicieron no en base al ejemplo de Jesucristo, si no a las exigencias que se requerían del ANUNCIÓ de Cristo en la Cruz, que es un hecho real y actuante, no una analogía política.... creo que en vez de alejarnos del Judaismo, deberiamos ACERCARNOS al AT... a ver si Boff y compañia comprenden como se hace politica y acción social en medio de YAHVEH.... (que puedo decir Amo el AT y el Judaismo)

‘Estas insuficiencias teóricas hacen que el discurso papal se deslice hacia el moralismo y el espiritualismo. Y melancólicamente repite la cantilena: no a los contraceptivos, no al divorcio, no a los homosexuales, no a la modernidad, sí a la familia tradicional, sí a una rígida moral sexual, sí a la disciplina. Tantos “no” hacen antipático su mensaje, como si no hubiera temas más apremiantes.’

No quería emitir un juicio personal acerca de otra persona, pero que Dios me perdone, a mi Boff me parece un comunicador popular... pero no demasiado intelectual. El Ñor Boff llama moralismo y espiritualismo, a algo que es evangelio y revelación, respectivamente.

La melancolía es cuestión de perspectiva, pero si es melancolía esperar las señales de Dios en el mundo, todo ser religioso es melancólico, empezando por los Judíos y sus insistentes reproches "morales" por parte de los profetas que añoraban escatologicamente el brazo de Dios.

Decir no al divorcio, es decir Si a la fidelidad, la Iglesia no dice no a los homosexuales, dice Si a la castidad, no dice no a la modernidad, dice Si a la revelación.. si a la familia "tradicional" simplemente dice SI a la familia... en cuanto a Boff rechazando la disciplina, creo que no hubiera sobrevivido 2 días en tiempos Biblicos, o hubiera durado 3 seg. en presencia de Cristo.

La Iglesia no rechaza la diversidad, ni a las personas, Cristo no rechazo a nadie, rechazo su modo de vida, rechazo las inclinaciones de su corazón.. pero no rechazo a nadie, que es lo que la Iglesia hace

En cuanto a lo antipático del mensaje.. durante algún tiempo fui agnóstico y pude haber abrazado la fe que me placiera, y curiosamente fue la Católica con punto y coma y no encuentro nada mas poderoso y hermoso que la doctrina católica completa, con eso de la fidelidad y la sexualidad disciplinada y todo eso que a muchos les parece antipático, a mi me parece fuente de alegría.. de nuevo caemos en juicios personales. Sin contar que ese mensaje parece atraer millones de jovenes y personas...

Boff me parece el abuelito senil que quiere que todos sus hijos dejen de ser pobres para poderse "divertir" y pasarla bien... y quiere un dios que este alli solo para divertirse en sus ratos de aburrimiento con desvarios filosóficos acerca de ese que esta alli pero poco importa.

‘Hay silencios significativos en los discursos del Papa: sólo una vez se refirió a las comunidades de base, una vez a la opción por los pobres, una vez a la liberación, nunca a la teología de liberación y a las pastorales sociales, nunca al gravísimo problema del calentamiento global.’

Eso pasa cuando uno quiere que el otro hable de lo que a uno le importa, cuando uno quiere, como uno quiere....

Benedicto XVI tiene su propia manera de ver las cosas y ya ha hablado en otras ocasiones de todos y cada uno de esos temas, que a uno le gustaria una Iglesia mas "FUERTE" e imperante, mas categorica y energetica .. definitivamente... pero si Dios nos tiene paciencia, hay que tenerla nosotros, que algo es seguro, donde se predique el evangelio con toda su pesada "moral" y "disciplina" habra siempre hombres dispuestos no a "hablar" de pobreza y calentamiento global, si no dispuestos a hacer algo.

Gracias por soportar tan larga entrada, lo cual es un elogio para tan buen post ;) no suelo hablar mucho en los comentarios.

Saludos y por lo demás comparto lo que replica Ululatus a Boff.

hectorpal dijo...

Ululatus,

Listo entonces por ahora lo de la T.L.

En cambio hay algo raro cuando comentas inculturación y difusión. Paracería que al final la inculturación es, te cito, para ir "haciendo así más fácil la difusión de la cultura cristiana".

Es decir. Objetivo: difusion. Una de las maneras: inculturación. Yo digo lo contrario. Objetivo: inculturación. Una de las maneras: difusión.

Es decir, yo creo que el objetivo de la evangelización (ver Evangelii Nuntiandi) es que el evangelio cale tan hondo que se siembre en nuestra cultura, manera de ser actuar, etc.

El peligro, y en ese contexto surge el termino inculturación, es creer que la manera de hacer eso es "difundir" algo que ya existe. Se puede difundir el evangelio, con sus letras, los relatos, las parabolas... pero a medidas que vamos concretando más, se va haciendo en mucho casos mas cultura, que es contigente historica, y por tanto objeto permanente de renovación y redención.

Se que en Puebla se hablaba de Inculturación y Difusión, lo leí hace mucho tiempo, y no logro recordar más. Solo opino desde la memoria y desde mi pobre "sensus fidei", que es lo que tengo al final frente a Dios.

saludos

hectorpal dijo...

por cierto, en un rato iré a una charla de Leonardo Boff sobre ética, etc. :-)

Ululatus sapiens dijo...

De nuevo, les agradezco a todos su visita y sus comentarios.

Carlos:

Te agradezco enormemente tu larga y precisa respuesta. Aprecio mucho el gesto.

Yo estoy de acuerdo con Boff acerca del cristianismo devocional no precisamente por los mismos motivos, sino porque, como declararon los obispos en Puebla: 'América fue catequisada, no convertida'. Por valiosa que pueda ser la devoción popular (que no se cansan de elogiar las conferencias de la CELAM), ella sola no puede responder a las exigencias del Evangelio (y la realidad de nuestro continente es prueba viva de ello). Se queda en una imagen falsa e infantil de Dios (tan común entre los latinoamericanos), que no promueve la transformación del mundo por el Evangelio ni la conversión de los corazones: del Dios que quiere ser adorado en vez de servido. Y tal como dice Emmanuel Lévinas hablando del judaísmo (y creo yo que también del cristianismo): la ética es la expresión religiosa más profunda, pues en ella, en el rostro del otro, uno sale al encuentro de Dios.

'La T. L. [...] en el fondo está diciendo que Dios no actúa.'

No soy teólogo (aún) y no me atrevería a comentar sobre esto. Los jesuitas mexicanos (muy influenciados por la T. L.) no dejan de hablar del Espíritu como transformador. Creen profundamente en la gracias. Mucho menos que yo, judaizante irredento, que creo que, cuando de problemas sociales se trata, hay que ser 'ateo':

http://ululatus-sapiens.blogspot.com/2006/10/el-sentido-del-atesmo.html

HLP:

Más bien, sería correcto referirnos a dos términos distintos, como dos caras de la misma moneda: evangelización de las culturas e inculturación del Evangelio. La primera se refiere a ‘impregnar las culturas del espíritu, los criterios y los valores del Evangelio a partir del contacto personal con Jesucristo muerto y resucitado’. Mientras que la segunda significa que, ‘una vez purificadas de esta manera las culturas, de todo elemento nativo del pecado, el espíritu, los criterios y los valores del Evangelio se expresen en el lenguaje, símbolos, costumbres, sabiduría, etc., que los pueblos han creado para darle sentido a su vida a través de su historia’ (Carlos Ignacio González, SJ, Seguir a Jesús en América Latina. Rutas de las cuatro Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, México, Buena Prensa, 2006. p. 152).

P. D. Espero que nos compartas algo sobre esa magnífica charla.

¡Saludos a todos!

hectorpal dijo...

De acuerdo con lo que dices. Completamente.

Pero el termino "difusión" es sutilmente diferente del termino "impregnar". El matiz es importante. En el impregnarse, se da una interacción. En la difusión, no.

Es importante el enfasis en la otra cara de la moneda, porque hemos estado haciendo casi sólo difusión por varios siglos...

saludos.

PD: La charla de Boff conmovedora. La Iglesia super llena, basicamente de los sectores progres de la iglesia catalana, y un par de curiosos. Salvar la tierra. Estamos en peligro. Aprovechar la crisis para recuperar lo bueno, algunos valores minimos: solidaridad, respeto, compasion, etc. La espiritualidad como motor, aunque no unico, de esos valores. Veré si hago un post...

Anónimo dijo...

Hola Ululatus, gracias por responder..

Concuerdo contigo en el punto de que America esta "catequizada" no convertida, eso es en definitiva cierto. Pero también es cierto que esta tan cerca de convertirse el que lucha por la pobreza que el que tiene devoción y ora y busca a Dios aun que solo quede de principio en actos "religiosos".

Las exigencias evangelicas no solo se extienden a un compromiso social, si fuera asi, Jesucristo hubiera provocado una revolución, y no lo hizo, y de extra San Pablo le da a las autoridades civiles el rango de designadas por Dios y que habria que obedecer.

Si Dios me pide que le de pan al pobre, no es SOLO para que el pobre coma, de hecho creo que es lo ultimo que le interesa, lo que le interesa es la transformación que yo tengo que sufrir para quitarme el pan de mi boca para darselo al hermano. Dio no vino a abolir el sufrimiento, vino a darle sentido y dirección, ese es el problema de la T.L. cree que lo importante es darle Pan al pobre, nada diferente a una filantropía por el simple hecho de ser filantropía.

Tampoco estoy de acuerdo con Emmanuel Lévinas... la expresión religiosa no es unidimensional, y si existiera un camino mas perfecto, no seria el "ético" seria el camino del amor.. por que la "ética" puede ser un simple concepto mental acerca de la equidad y la reciprocidad, el amor exige lo mismo que la ética, pero lo hace desde la profundidad de la entrega de uno mismo.

Y bueno Judaizante irrendento ;) yo también simpatizo con el Judaísmo, aun que también irredento (no por ser o no Judaizante, si no simplemente por que así soy).... tampoco concuerdo en ello.

J. Ratzinger habla muy bien de ese proceder social de vivir "como si Dios no existiera" o en "caso de que Dios no exista" hay que ponerse en marcha de transformar el mundo.

Después se puede comentar esto

Recibe un Saludo!


http://ululatus-sapiens.blogspot.com/2006/10/el-sentido-del-atesmo.html

Ululatus sapiens dijo...

Gracias a todos otra vez por sus respuestas. Disculpen la tardanza de mi contestación.

HLP:

Tienes razón sobre lo de difusión e impregnación. Acabo de asistir a un taller sobre teología de la liberación con el p. Raúl Cervera, SJ (excelente, frío y moderado), en el que planteaba precisamente que la segunda fase de la teología de la liberación (comenzada en los años 90) es la del diálogo con las culturas y una mucho más profunda inculturación de la fe. Es una fase aún en proceso, muy prometedora.

Las exigencias evangélicas no sólo se extienden a un compromiso social, por supuesto. Eso sería un exclusivismo inadmisible. Sin embargo, creo que el cristianismo, como religión personal (entre personas con rostros concretos, las humanas y las divinas) y por tanto ética, debe asignarle una fortísima atención a la transformación de las sociedades a la luz del Evangelio y mediante los diversos carismas de la Iglesia y del Pueblo de Dios completo.

'Si Dios me pide que le de pan al pobre, no es SOLO para que el pobre coma, de hecho creo que es lo ultimo que le interesa, lo que le interesa es la transformación que yo tengo que sufrir para quitarme el pan de mi boca para darselo al hermano.'

Estoy de acuerdo, pero no totalmente. Creo yo que parte del sueño de Dios, de su voluntad, es que las personas vivan en plenitud y que sean felices, lo cual exige que gocen de todo lo necesario para ello (material, intelectual, afectivo, espiritual...).

Aclaro que la ética de Lévinas es eminentemente trascendental, religiosa. No debe entenderse su Ética como mera rama de la filosofía, producto de la Razón, sino como el encuentro con el otro (y, así, con el absolutamente Otro).

¡Gracias de nuevo y saludos!

Lobaluna dijo...

Estimado Ululatus:

Visito por primera vez tu blog. Me ha gustado que un mexicano toque temas tan interesantes, y de tan buen nivel. Yo no soy filósofa, soy ingeniera; sin embargo, leyendo tu análisis sobre Boff me quedé pensando en la expresión que usas lo que necesita el catolicismo brasileño. Bueno, transcribo:

"Finalmente, algo con lo que estoy en absoluto desacuerdo con Boff, por su peligro y radicalidad desmesurada:

‘El catolicismo brasileño y latinoamericano, para estar a la altura de los tiempos actuales, exige el coraje que tuvieron los primeros cristianos: abandonaron el suelo cultural judaico de Jesús y se insertaron en el suelo pagano helenista. De esa inserción nació el cristianismo actual, que es una expresión del Nuevo Testamento, no del Antiguo.’"

Me quedé pensando en qué es lo que realmente "defendemos". Me parece que no es nada radical ni peligrosa la idea de Boff, pues no creo que sea la religión catlólica la que deba defenderse como está, ni las ideas de la religión católica. En mi entender, debo yo defender la búsqueda de la verdad y mi transformación en el amor. Yo veo las cosas como que Dios no expresó sólo de UNA manera vaĺida su Verdad... No hay ninguna regla o ley divina que nos obligue a mantener una religión inmutable por los siglos de los siglos. Bueno, yo no me muero por defender la religión católica. ¿Por qué? Si Dios, siendo infinito amor, ¿por qué va a obligar a todos a entender de sólo una manera su verdad? Si fuera necesario una cambio en la forma de la religión, la Verdad de la vida y de Dios no se mellarían. Se fortalecerían.

Mi punto es que no es lógico aferrarse al modo en que la religión católica ha trabajado. No para todos ha funcionado como agente de transformación. Ahora parece que ya no son los pobres ($$$) el objetivo de la iglesia católica. En México, el cardenal Rivera no se ve realmente comprometido con los pobres; yo creo que los pobre$$$ necesitan de todos más que nadie, porque la indefensión física paraliza todo lo demás. No puede haber discurso (o rollo) que contradiga esto con sensatez.

Boff tiene razón en algo y aúlla su dolor porque ve una situación injusta en su país. Quizás su radicalismo surge de que duele de verdad ver la realidad. Mas, no agrede ni pasa por encima de otros en su discurso... Yo no lo veo así.

En fin, agradezco tu análisis. Saludos,

Ululatus sapiens dijo...

Arpe:

¡Agradezco enormemente tu visita y espero próximas!

Te contesto:

Lo que dice Boff acerca del catolicismo brasileño y latinoamericano apunta a un cristianismo que rompa radicalmente con el pasado, con su tradición, y salga al encuentro de su contexto, con la supuesta radicalidad que él percibe en la opción jesuánica.

Por supuesto que el catolicismo no es inmutable ni jamás lo ha sido. Pero tampoco sigue un camino de ruptura con el pasado. Incluso si consideramos que los tres grandes cismas que la Iglesia ha enfrentado en sus veinte siglos de existencia, eventos por demás traumáticos y dolorosísimos (el de la Iglesia judeo-cristiana, el de la Iglesia latina y las orientales y la Reforma protestante), la han llevado por nuevos y fructíferos caminos (la inculturación en el mundo greco-latino o la renovación tridentina), ha sido mucho mayor el costo y el saldo, francamente negativo. Hoy día, la cristiandad sigue sin dar testimonio de comunión, la Iglesia católica carece aún de la mística oriental y del sentido común de las comunidades reformadas. Se perdió mucho más de lo que se ganó. A esto me refería cuando cité a Martín, que percibe la pobreza ética y espiritual del cristianismo al prescindir del Antiguo Testamento o subordinarlo al Nuevo. Un ejemplo que me viene a la cabeza es la cristología de José María Castillo, SJ (de la misma línea que Boff), que llega a desvincular al mismo Jesús del judaísmo en el que nació, se crió, realizó su ministerio y murió.

Creo que a partir del Vaticano II la Iglesia renunció, hasta cierto punto, a ese monopolio sobre la Verdad que mencionas, y reconoció las ‘semillas del Verbo’ en distintas culturas o grandes realizaciones de la Verdad divina revelada en otras religiones. Y ciertamente, la Iglesia, si se afirma y se defiende a sí misma, va por un camino errado. Sin embargo, es precisamente su convicción en lo esencial de su credo (no una ideología o un conjunto de leyes): la Verdad definitiva y totalmente autorrevelada por Dios en Jesús de Nazareth, lo que la hace transformarse a lo largo de los siglos, renovando y perfeccionando sus caminos, muchas veces torcidos.

A pesar de que aquel famoso ‘Extra Ecclesiam nulla salus’ ha quedado en el pasado, algo que la Iglesia no acepta ni aceptará jamás es que todas las religiones sean caminos equivalentes hacia el mismo camino. No todas las religiones humanizan, no todas tienen el mismo nivel ético y no todas tienen la misma imagen de Dios. ¿Cómo es posible que caminos diferentes o incluso contradictorios lleven a lo mismo?

Por otra parte, el catolicismo del futuro enfrenta un panorama muy difícil. La Iglesia católica se renovará a punta de golpes y se purificará mediante los cataclismos que le sucederán. Se reducirá en número y visibilidad. Perderá poder, influencia y presencia (¡gracias a Dios!). Muchas de sus estructuras caducarán y se colapsarán. Volverá a ser como la Iglesia de los primeros siglos, una más entre otras, pequeña e incluso perseguida. El mismo Ratzinger dijo algo similar en 1970 y fue ampliamente criticado por ello. Hoy ya es una realidad en Europa y ése es el panorama para la Iglesia Latinoamericana, a la que lo peor que podría pasarle es seguir igual, descansando sobre laureles que no tiene y dirigida por gente como el cardenal Rivera…

Yo lo mismo aúllo ante la realidad de mi país, pero sobre todo de mi Iglesia… pero miro al futuro con esperanza. Espero poder incluir pronto aquella reflexión del profesor Ratzinger, que vaticinó el futuro.

Agradezco enormemente tu visita, tu lectura y tus comentarios.

Un saludo.