domingo, abril 09, 2006

El amor humano

Para N.

Por algo se tiene que empezar, ¿y qué mejor que el amor humano?


He aquí una serie de citas de mi autor favorito y que he comprobado en carne propia estos últimos días.



El amor humano


  • ‘El amor humano es, en sí, una promesa incumplible. Desea eternidad y sólo puede ofrecer finitud. Mas, por otra parte, sabe que esa promesa no es insensata ni contradictoria, ni por tanto destructiva, pues la eternidad vive en ella.’

  • ‘El amor es una exigencia que no me deja intacto. En él no puedo limitarme a seguir siendo yo a secas, sino que he de perderme una y otra vez al ser desbastado, al ser herido. Y precisamente esta herida para sacar a relucir mis mejores posibilidades forma parte, en mi opinión, de la grandeza, del poder curativo del amor. En este sentido, no se debe imaginar un amor puramente romántico, que cae del cielo sobre ambos cuando se han encontrado y que a partir de entonces todo irá sobre ruedas. El amor hay que entenderlo como pasión. Sólo cuando se está dispuesto a aceptarlo como pasión, aceptándose siempre de nuevo el uno en el otro, madurará para toda la vida.’

  • ‘Aprender a superarse y a entregarse uno mismo, aprender a regalarse, incluso sin recibir nada a cambio, forma parte del camino del aprendizaje del amor.’

  • ‘Lo importante para cualquier persona, lo primero que da importancia a su vida, es saber que es amada.’

  • ‘El amor consiste en apartar la mirada de mí mismo y dirigirla hacia el otro… Yo soy demasiado estrecho para mí solo. Cuando salgo al aire libre, entonces y sólo entonces, comienza y llega la grandeza de la vida.’
  • ‘El amor humano sólo se convierte en verdaderamente enriquecedor y grande cuando estoy dispuesto a renunciar a mí mismo por esa persona, a salir de mí mismo, a entregarme.’

Joseph Cardenal Ratzinger, Dios y el mundo. Creer y vivir en nuestra época.



  • ‘El arquetipo de amor por excelencia es el amor entre el hombre y la mujer, en el cual intervienen inseparablemente el cuerpo y el alma, y en el que se le abre al ser humano una promesa de felicidad que parece irresistible, en comparación del cual palidecen, a primera vista, todos los demás tipos de amor.’

  • ‘El amor promete infinidad, eternidad, una realidad más grande y completamente distinta de nuestra existencia cotidiana. Pero, al mismo tiempo, se constata que el camino para lograr esta meta no consiste simplemente en dejarse dominar por el instinto. Hace falta una purificación y maduración, que incluyen también la renuncia.’

  • ‘Pero ni la carne ni el espíritu aman: es el hombre, la persona, la que ama como criatura unitaria, de la cual forman parte el cuerpo y el alma. Sólo cuando ambos se funden verdaderamente en una unidad, el hombre es plenamente él mismo. Únicamente de este modo el amor —el eros— puede madurar hasta su verdadera grandeza.’

  • ‘En oposición al amor indeterminado y aún en búsqueda, el amor agapé expresa la experiencia del amor que ahora ha llegado a ser verdaderamente descubrimiento del otro, superando el carácter egoísta que predominaba claramente en la fase anterior. Ahora el amor es ocuparse del otro y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo, sumirse en la embriaguez de la felicidad, sino que ansía más bien el bien del amado: se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún, lo busca.’

Benedicto XVI, Carta encíclica DEVS CARITAS EST (‘Dios es amor’).

3 comentarios:

Esquizofrenia Inc. dijo...

bSu eminente eminencia, es gusto para nosotros saludarlo.

Pero por el momento el consejo de administracion de Esquizofrenia Inc. no puede estar de acuerdo con lo publicado por usted.

Lamentamos mucho esta situacion, pero habra de considerar que el amor esta en contra de la forma de gobierno que nuestra institucion autogestiva y su organo de gobierno El poder politico supremo, han decidido adoptar.

Cuando cambien las mareas politicas en su pagina, o haya una revolucion, El proletario cosmico no lo quiera, que derroque nuestro prudente gobierno, podremos negociar nuestra posicion.

Mientras tanto sea usted siempre bienvenido a nuestra pagina.

Andrés Devesa dijo...

De Monachae supplicii

Panfleto por el amor y contra las idolatrías




Una monja es una mujer como otra cualquiera. Si la despojásemos de su hábito encontraríamos las mismas características físicas presentes en el resto del género femenino: dos piernas, dos brazos, dos pies, dos manos, dos pechos, una boca, un cuello, una cintura, un culo y un coño cálido y húmedo como el de cualquier mujer.

Podemos llevar a cabo un experimento consistente en colocar a una monja y cualquier otra mujer –una funcionaria, pongamos como ejemplo- una junta a otra, desnudas sobre una cama, con las piernas abiertas, con su sexo palpitando en espera de lo inevitable. No cabe duda de que seríamos incapaces de discernir cuál es una y cuál es la otra.

Si no hay ninguna diferencia física entre una mujer normal y una monja, ¿qué es lo que las distingue entonces? La diferencia la encontramos en el aspecto psicológico y, especialmente, en el plano moral. Las monjas so seres degenerados que padecen una patología mental que las lleva a odiarse a sí mismas, a la Naturaleza y a Dios.

A sí mismas porque detestan su condición humana, rechazando lo más hermoso que hay en el ser humano: el amor hacia otra persona. Es cierto que las monjas dicen amar a todos los seres humanos, pero mienten descaradamente, porque el único amor posible es ese amor primario, brutal, sexual, que sentimos hacia otra persona, sólo a partir de ese amor sexual se puede llegar a aprender a amar al resto del género humano, sin amor sexual no hay amor fraternal. Por eso una monja no puede llegar a amar a nadie más que a sí misma y a su degenerada idolatría.

A la naturaleza porque odian reconocerse en ella. La naturaleza es ante todo el espacio en el que desarrollar ese amor, por lo tanto esas degeneradas no pueden sino renegar de la naturaleza, despreciando los bellos impulsos naturales que cualquier ser humano, orgulloso de serlo, reconoce, acepta y deja desarrollarse libremente.

A Dios porque le niegan. Niegan a Dios y abrazan a un dios falso. Las monjas consagran su vida a ese ídolo, se casan con él, pero jamás llegan a consumar su matrimonio, porque su dios es un castrado y un cornudo. El verdadero dios es un dios con dos esencias que se complementan, es un dios hermafrodita que necesita de la complementariedad de los iguales distintos. Es el dios del amor, pero del amor salvaje y primario, no de cualquiera de las múltiples degeneraciones que en esta sociedad se hacen pasar por tal. Nuestro dios niega la religión y no admite sacerdotes. Nuestro dios es el dios de la libertad. Nuestro dios es la vida, frente a los falsos dioses del miserabilismo y el desprecio por la humanidad. Nuestro dios es todo y es nada. Nuestro dios somos cada uno de nosotros en tanto que seres humanos dotados de la capacidad de amar y crear belleza.

Nosotros, seres humanos libres, herederos aquellos hombres y mujeres que han luchado desde el comienzo de los tiempos por una humanidad plena, libre y consciente de su ser, afirmamos: La castidad, la devoción, el aislamiento del resto de seres humanos, el sacrificio a cualquier fin que no sea la felicidad humana, la idolatría y el fetichismo mercantilista que reduce al ser humano y la vida al rango de cosas son crímenes contra la humanidad.

El amor, la pasión, la poesía y la fiesta son las fuerzas que guían a la verdadera Humanidad hacia su libertad y su realización como tal. Sustraerse a esas fuerzas es renegar de la condición de ser humano y asumir el papel de homicida. Una Humanidad libre no puede tolerar que existan criminales que atenten contra todo lo que hay de hermoso en la vida.

Por eso, acusamos: monjas, curas, frailes y obispos son peligrosos criminales que han de rectificar o ser juzgados como tales. Renegad de vuestro falso dios, volved la cara a vuestra humanidad y asumidla, abrazad todo lo que de hermoso hay en el mundo, tomad la mano de otra persona, ya sea hombre o mujer, en pareja, en trío o en comuna, no importa el número, no importa la condición, sólo amaos, sólo así amaréis al ser humano, sólo así seréis seres humanos. Lo contrario es el crimen más despreciable que existe. ¡Fornicad o pereced!

Y que nadie se lleve a engaño, sabemos que hay muchos más miserables que toman a otros falsos dioses como auténticos: el dinero, la ciencia, el poder, el espectáculo… A vosotros también os estamos vigilando. Tened cuidado, somos implacables y sabemos odiar tanto como amar…


¡Amor o barbarie!


Firmado: Maese Huvi, Las Bacantes y Les filles perdues d’Lautréamont

Ululatus sapiens dijo...

Gracias a ambos, siempre son apreciadas las blasfemias bienintencionadas y, sobre todo, bien escritas.