viernes, agosto 18, 2006

Día de San Alberto Hurtado, SJ


He de admitir que el domingo pasado no fui a misa y que mi ‘voy en la semana’ no se había concretado hoy viernes. Para mi fortuna, hoy fui a comer a una comunidad jesuita en el centro de la ciudad y, previo a la comida (un pescado delicioso y acompañado con vino, sentado a la mesa con jesuitas de varias generaciones, con un invitado argentino y otro estadounidense), asistí a una misa en la capillita de la casa, ¡y vaya coincidencias de la fiesta y las lecturas de hoy! Un santo jesuita y actual y mis pasajes favoritos del Nuevo Testamento:

‘¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: “Tengo fe”, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen de sustento diario, y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos y hartaos”, pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué nos sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. Y al contrario, alguno podrá decir: “¿Tú tienes fe? Pues yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras y yo te mostraré por las obras mi fe”’. De la Carta del apóstol Santiago, II, 14-18.

‘Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa a las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y a los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y mi disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí”. Entonces los justos responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a ti?”. El Rey les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis”’. De la Buena noticia según San Mateo, XXV, 31-40.

El padre Luis Alberto Hurtado Cruchaga, SJ (Viña del Mar 1901 – Santiago 1952) fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 16 de octubre de 1994 y reconocido en el catálogo de los santos por Benedicto XVI el 23 de octubre de 2005.

Estudió la carrera de leyes en la Pontificia Universidad Católica de Chile, pero entró al noviciado de la Compañía de Jesús en 1923 y fue ordenado sacerdote diez años más tarde.

El padre Hurtado es un ejemplo perfecto de las enseñanzas de la Escritura y de la ‘promoción de la fe en la justicia’ proclamada por la Compañía de Jesús: fue capellán del grupo Acción Católica, donde trabajó con jóvenes, ganándose su admiración y cariño, y fundó El hogar de Cristo, un refugio para niños y niñas desposeídos. Entre sus labores apostólicas destaca la creación de la prestigiosa revista Mensaje y del Sindicato Chileno, asociación que abogaba por los derechos de los trabajadores y el respeto de su dignidad, pero desde una perspectiva de valores cristianos.

Hace unos días discutía con mi querido amigo sudafricano, Christian Uitzinger (pronto a comenzar su formación para el sacerdocio de la Iglesia Anglicana), sobre mi limitado espíritu ecuménico. No lo niego: mi respeto o cariño por otras religiones (sobre todo el judaísmo y el Islam) termina ante las puertas de los hijos de Lutero, Calvino, Zwinglio y compañía… Los únicos que considero legítimos hermanos separados son los ortodoxos y los anglicanos. Y así como Chris tiene un gran cariño por Roma, yo lo tengo por Lambeth (el palacio sede del Arzobispo de Canterbury), a pesar de nuestras muchas diferencias. Aunque no nos pongamos de acuerdo, podemos discutir muy a gusto sobre la ordenación de mujeres, moral sexual o el legado de Juan Pablo II… no fue así cuando, hablando sobre los protestantes, llegamos al tema de la Salvación. ¿Salvación por la fe o por las obras o por la fe y las obras?

Mi teología es muy veterotestamentaria (judaizante, quizá) y es por eso que soy católico, porque para mí los dos pasajes de la Escritura citados arriba resumen tanto el mensaje evangélico como la Ley de la antigua Alianza. El Reino de Dios no es nada más para el final de los tiempos, sino para el aquí y al ahora; el Paraíso se gana aquí y ahora. El Dios bíblico no quiere que crean en Él, lo adoren y lo alaben, sino que se siga su santa Voluntad, por medio de la cual no sólo seremos felices aquí y ahora, sino que obtendremos la vida eterna junto a Él. A un Dios que es amor no se puede llegar sino por medio del amor.

No cabe duda de que el padre Hurtado creía en Dios y profesaba su fe todos los días. Mas, ¿habría tenido una vida santa sin su amor derramado sobre los jóvenes, los niños desamparados o los obreros sumidos en la injusticia y tentados por el marxismo?

G. G. Jolly

6 comentarios:

frid dijo...

Personas como el padre Hurtado son los que tienen la llave de la solución de nuestro tiempo. "siembra amor donde no hay amor y recogerás amor". Y es que la solución de los problemas no está en los conflictos sino en la conversión de las personas. Unos así compartirán lo que les sobra y pasarán a compartir también lo que les es necesario. Serán solidarios, verán en los demás hermanos. Los otros dejarán de odiar y envidiar y serán agradecidos, y buscarán rendir los talentos de lo recibido. Porque para salir de la miseria no sólo hay que recibir, hay que trabajar. Y en la enseñanza se dan talentos que son como cañas de pescar. Y, cuando ya no se puede hacer más que rezar: ¡qué gran valor la oración de los que sufren para que Dios tenga misericordia de este mundo desquiciado!
Gracias por el post.

Jesús Beades dijo...

El protestantismo no es "otra religión" sino un modo diferente de ver el depósito de la Fe que la Iglesia de Roma custodia. La fe en Cristo es la misma, y el Evangelio el mismo. La disputa entre la fe y las obras, ¿no es una falsa dicotomía? Recomiendo un artículo de C.S.Lewis, titulado "Fe" en que desarrolla esta idea.

Ululatus sapiens dijo...

¡Gracias a los dos por responder!

Jesús:

Estoy de acuerdo. El protestantismo no es otra religión, pues el protestantismo como tal no existe: son muchísimas sus variantes y denominaciones. Puede ser que la mayoría de las iglesias o grupos incluidos en el protestantismo pertenezcan, nominalmente, al cristianismo. Sin embargo, yo creo que las diferencias fundamentales no sólo en formas y estructuras, sino en doctrinas, dogmas y creencias esenciales hacen de muchas ramas del protestantismo otras religiones, tan distintas al Cristianismo católico (aunque eo es un pleonasmo, como el agua mojada) como el Islam.

En los últimos años, por ejemplo, hemos visto cómo el judaísmo en general se asemeja más al Cristianismo (el de la Iglesia) en puntos esenciales que la gran mayoría de las iglesias protestantes, por más que los judíos no acepten la divinidad de Jesús y los otros sí.

¡Un saludo a todos!

Cristian dijo...

San Alberto Hurtado son hoy por hoy una ventana por donde respira nuestra Iglesia, especialmente en Chile. su figura es admirad por todos los sectores de la sociedad, por su cercanía al mundo juvenil y obrero. supo leer muy pero muy bien los signos de los tiempos, y es santo por eso también. gracias por tenerme en tus links, creo que debo hacer lo mismo yo en el mío. Bendiciones

Ululatus sapiens dijo...

Gracias a ti por escribir, Cristian. Un saludo.

joseph dijo...

Sola caritas. Non sola fide.