miércoles, julio 01, 2009

¿20 razones para NO votar? (II)


En una primera parte, me propuse rebatir los 20 puntos del diario Machetearte, que ennumeran veinte razones para no ir a votar el próximo 5 de julio, en las elecciones intermedias de México. Continúo.
6. División y competencia: Los partidos políticos confrontan a los mexicanos, impiden la unidad y la cooperación.
Este enunciado me hace sospechar de las palabras ‘unidad’ y cooperación. Hablar de la ‘unidad’ de un país y de sus altos ideales es una receta para el aplauso, mas expresa algo que, en caso de que exista, es contrario a la idea de democracia. La existencia misma de partidos (políticos y de otro tipo) es expresión de las ideas y objetivos de distintos sectores de la población de un país. El bien común de esta población no se construye a base de grandes utopías, sino de los compromisos políticos reales entre partidos, lo cual garantiza precisamente que ninguna utopía atropelle los intereses concetros de cualesquiera facciones. La democracia presupone pluralidad. Pluralidad significa oposición. Y toda oposición causa confrontación. Y aquí es donde entra en juego la tolerancia, que obliga a respetar al contrario, pero que no impone ‘unidad’. Más bien, ‘unidad’ me suena al Líder y al Partido que encarnan la ‘voluntad nacional’ y ‘cooperación’ al sometimiento de los individuos a dicha ‘voluntad’.
7. El voto secreto es un voto de miedo: En una sociedad democrática nadie tiene por qué tener miedo de manifestar su opinión.
Nadie en este país tiene por qué ocultar sus preferencias electorales. Cualquier persona puede discutir libremente en cualquier lado, puede escribir cualquier cosa, puede colgar cualquier cartel en casi cualquier lado. Es más, ¡puede afiliarse a un partido político o a cualquier organización que desee! Y puede no hacerlo. Puede incluso mentir acerca de la orientación de su voto, y el mismo día de la elección, solo tras la cortinilla, marcar la opción que le venga en gana. Hoy día, coaccionar o comprar el voto es un delito. Se presta a ello quien así lo desea.
8. Individualismo: El sistema electoral no está diseñado para que la gente dialogue y resuelva los problemas del país.
Las campañas electorales son exactamente eso: un proceso de diálogo y de intercambio entre partidos políticos, facciones dentro de los partidos, organizaciones y sociedad civil. Para ello, la gente con intereses y ambiciones afines se organiza (lo que llamamos ‘partido’), participa en esa misma organización y contribuye a su programa; los partidos buscan el apoyo ciudadano (su colaboración directa, apoyo económico o el simple voto) y los ciudadanos se informan y eligen el partido que más represente sus intereses y valores y, tras votar, se aseguran de que esa relación de apoyo mutuo permanezca y madure.
9. Parásitos plurinominales: Tu voto repartirá el botín a candidatos plurinominales por los que nadie votó, que no representan a nadie, y que son los más parásitos y sinvergüenzas de la política.
Es cierto. Este sistema no ha hecho sino crear un nicho para la vieja casta de políticos ‘de carrera’, por los que nadie vota y que, por tanto, no tienen bases a quienes rendir cuentas. Sin embargo, hay que recordar que también garantiza que, por lo menos, la voz de los partidos minoritarios sea escuchada y enriquezca las discusiones y las tomas de decisiones (el caso de los partidos plurinominales en la República de Weimar es un buen ejemplo). Sin embargo, yo soy de la idea de hacer posible la reelección indefinida a los cargos legislativos (en distritos fijos), a cambio de la existencia del sistema plurinominal.
10. Inútil a la Patria: Este sistema político es el mismo que ha vendido el país, ha enriquecido a los grandes empresarios y ha dejado en la miseria a millones de mexicanos.
La ‘Patria’ no existe y en la democracia hay poco espacio para la metafísica, para concepciones místicas del ‘alma nacional’ y la ‘identidad profunda’. Y, por otro lado, las injusticias sociales tienen causas muchísimo más complejas y antiguas que ésa, una de las cuales (y principales) es el régimen surgido de la Revolución, que, ése sí, era la encarnación misma de los ‘valores nacionales’, que garantizaba la ‘unidad’ y cuyo aparato era la quintaesencia de la ‘cooperación’. Por supuesto, había una verdad oficial, una sola voluntad nacional, un solo techo bajo el que cabía todo y un solo administrador de esos altos ideales: el Presidente-Emperador...

G. G. Jolly

Continuará...

1 comentario:

Diana dijo...

"Tu voto repartirá el botín a candidatos plurinominales por los que nadie votó".

Uno de los puntos más acertados. En ocasiones llegan personas que ni en nuestra imaginación existieron.